Anke, dulzura y aires juveniles
La nueva temporada ha comenzado y eso significa que vuelve ‘Historia de un vestido’, esta sección que os llama tanto la atención y en la que os cuento cómo surgió la idea, los detalles e incluso el por qué del nombre de cada uno de los vestidos de mi nueva colección de novia. Este año, además, será mucho más personal porque como os adelanté hace unos días cada diseño recibe el nombre de una mujer real porque su historia o personalidad me han servido como inspiración para crear el diseño. La verdad es que empezar a escribir cada año estos posts resulta difícil… Pienso: « ¿Qué vestido elijo primero?» Y en esta temporada además… ¿Sobre quién hablo? Para no dar más vueltas he decidido empezar por el principio, por la infancia, la mía, y por todos los recuerdos unidos a aquella bonita época. ¡Os presento a ‘Anke’!
Anke es un recuerdo feliz de verano. Es el olor a la hierba cuando sales por la mañana a jugar al jardín, es correr al aire libre, bailar sin vergüenza o jugar en cualquier sitio. Es esa libertad que se siente cuando eres pequeño. Es el disfrutar a tope el día sin preocupaciones. Es ver bajar el sol desde el dique al atardecer o las veladas entre adultos por la noche en las que te alegrabas porque te dejaban trasnochar. Es soñar despierta. ¿Y quién es Anke? Anke es la hija de unos amigos de mis tíos. La conocí cuando éramos pequeñas y su recuerdo para mí siempre será el de una niña rubita y dulce. Y así es este diseño, un vestido femenino, dulce y de aire juvenil.
Un dos piezas con cuerpo suelto de guipur de algodón y gasa de seda con jaretas hechas a mano, que sorprende por su espalda abierta y transparente. La falda de crepé y gasa de seda es muy vaporosa y ligera, perfecta para bailar y bailar hasta que el cuerpo aguante ^^.
En la sesión de fotos para la nueva colección, decidimos completar el look con una melena ondulada suelta, que acompañara el movimiento del vestido, y dos complementos distintos, primero un turbante y después de una corona envolvente de flores y pistilos, creando así dos estilos diferentes: uno más sofisticado y el otro más romántico. Finalmente añadimos unos pendientes de piedras en rosa palo que aportan un toque sutil de color perfecto.
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