Icono del sitio Martha Peters diseñadora vestidos y trajes de novia a medida

Una preciosa boda en el Pirineo Aragonés

boda en los pirineos

Bonita ceremonia en el Balneario de Panticosa

 

Un proverbio chino reza: “Aquí comenzó nuestro amor y aquí lo sellamos. Un copo de nieve nunca cae en el lugar equivocado.” En el caso de Esther y Aitor esta frase tiene un significado muy especial, ya que su historia de amor se remonta a un lugar donde la nieve tiene un gran protagonismo: el Pirineo Aragonés. Allí se conocieron en el año 2007 cuando empezaron a trabajar en el Balneario de Panticosa y ocho años después se dieron el ‘Sí, quiero’ en medio de un paisaje idílico, rodeados de montaña, nieve y divisando los picos de 3.000.

Su boda estuvo marcada por la inspiración rústica e invernal. Tuvo una preciosa decoración floral a cargo de Mayula Flores, donde predominó una flor de leyenda, el Edelweiss, la favorita de Esther. “Por hacer el símil entre el trabajo y el Edelweiss, se podría decir que hemos sobrevivido a varios eres, avalanchas, inundaciones, y demás problemas, sobreviviendo como lo hacen los Edelweiss”, dice Esther. Por eso quisieron forjar su amor con el intercambio de anillos y dos Edelweiss para recordar que juntos podrían superar fuertes obstáculos. En la decoración incluyeron una maleta y una bicicleta antigua que pertenecía a los abuelos de la novia y, que no pudieron estar presentes, y le dieron un toque vintage con botecitos de encaje, velas gigantes y guirnaldas de piñas y corazones que hicieron sus amiga. También, hubo detalles de madera hechos por el padre de Esther. Sin duda, todo muy personalizado.

Esther estaba espectacular con el vestido Selene de mi colección Novia 2015. Un traje confeccionado en crep de seda y gasa natural con escote en la espalda y detalles de puntillas en plata vieja en la cintura y en las mangas. Ella, sobre todo, quería un vestido que fuese muy cómodo para poder disfrutar durante todo el día y, ¡lo conseguimos! Además, aunque la boda se celebró en mayo, las temperaturas del Pirineo son bajas y Esther se puso durante la ceremonia una torera de pelo de la peletería Javier Valverde. Como complemento se decantó por un maquillaje natural y un recogido de moño bajo. Y en su ramo llevó los anillos de boda de sus abuelos maternos. El novio también estaba muy elegante con un traje recto de Armani. Ambos llevaban anillos tallados con el perfil de las montañas del balneario de Orfebre Moncho Morandeira.

Para la celebración contaron con un cuarteto de cuerda y un grupo de jazz e hicieron varios guiños al gran Tim Burton a través de detalles como la banda sonora de Eduardo Manostijeras a la entrada de la novia, la tarta de la Novia Cadáver con los muñecos elaborados a mano por su amiga Adriana Baldus o las canciones Beetlejuice y Nights in white satén a la entrada al restaurante de los novios y después en el baile.

Gracias, Esther, por confiar en mí y dejarme formar parte de tu gran día. Y, también, quiero felicitar a todos los que participaron en la organización de su boda por su bonito trabajo y del que vosotros podéis conocer más, abajo, en los créditos.

Sin duda, una preciosa e inolvidable boda de invierno. Para muestra las siguientes imágenes realizadas por la fotografa Neima Pidal.

¡Felicidades pareja! 
 


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