La boda de Rebeca y Álvaro en Nochevieja
Álvaro y Rebeca eligieron el 31 de diciembre de 2020 para su boda. A Álvaro siempre le había hecho mucha ilusión casarse en Nochevieja, así que la fecha no era negociable, ¡sí o sí tenía que ser ese día! Y además, le harían un guiño a los años 20.
La pareja comenzó con los preparativos con mucha ilusión, pero como muchas otras, tuvo que posponerse a causa del Covid. Un año después, retomaron los preparativos para la misma fecha (31/12/21), todo pintaba muy bien, pero a un mes de la boda, todo comenzó a complicarse.
Tuvieron que cambiar los horarios de todo, la mitad de los invitados no pudieron asistir porque estaban contagiados y confinados, otros no asistieron por miedo de contagio… Pero la pareja no perdió el ánimo y se adaptaron a las circunstancias, dispuestos a pasarlo bien fuese como fuese.
Rebeca tuvo muy claro desde el principio que quería hacer su vestido en nuestro atelier ya que, unos años antes, le hicimos el vestido de novia a su hermana y sabía cómo trabajamos.
(Aquí hago un paréntesis, ¡Qué ilusión me hace cuando alguna hermana de nuestras novias nos elige también para su vestido!).
Para la ocasión, y siguiendo la línea de los años 20, creamos para Rebeca un vestido sencillo pero muy fluido de gasa de seda con algunos toques de pedrería, que combino con unos pendientes de Marina García, una peineta de El Tocador de la Novia y zapatos de Paradox London. Peluquería Eclipse fue la encargada del peinado y la propia novia se encargó tanto de su maquillaje como el de su madre ¡Novia todoterreno! El ramo era de flores preservadas, obra de Diana Per.
La ceremonia la oficiaron entre Jorge, un amigo de Rebeca desde la infancia, y Sonia, la mejor amiga de Álvaro, en La Alquería. Justo ese mismo día, realmente, hacían un año de casados (ya que, aunque la celebración se pospuso, con la firma siguieron adelante en la fecha inicial), así que, en lugar de hacer una ceremonia más tradicional, lo enfocaron como la renovación de votos más temprana de la historia, en la que ambos se prepararon unos votos más realistas, graciosos y entrañables para leer en el momento. «Una ceremonia corta pero muy cuca» recuerda la novia.
Después de la ceremonia, pasaron al cocktail y banquete. Como tuvieron que cambiar el horario y mucha gente no iba a llegar a las uvas reales, hicieron sus propias campanadas a las 18h de la tarde. Para ello, la pareja grabó un divertido video en el que se hacían pasar por Ramón García y Anne Igartiburu y lo pusieron para el momento.
Tras las uvas llegó el cotillón y a los invitados les dio igual que no fuera de noche porque lo dieron todo igualmente. Atuendos y perifollos de Nochevieja y montones y montones de confetis dorados acompañaron a la pareja y a sus invitados hasta el final. Y con los que aguantaron hasta las 24h… ¡se volvieron a tomar las uvas!
Como anécdota, el hermano de Álvaro les sorprendió en el banquete con un regalo de unos pies de tierra en Escocia, que por tradición del país le otorga directamente a la pareja el título de Lady y Laird. «Nos reímos muchísimo y nos encanta tener título nobiliario!» Me comenta Rebeca.
Una boda con muchos contratiempos iniciales, pero que disfrutaron a tope como se puede ver en las preciosas fotos que realizó WeddinFocus.
Finca: La Alqueria
Fotógrafo: WeddinFocus
Peluqueria: Eclipse
Ramo: Diana Per
Pendientes: Marina Garcia
Tocado: El tocador de la Novia
Zapatos: Paradox London
Vestido de novia: Martha Peters
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