Casarse en petit comité es tendencia. Y es que los tiempos han cambiado y en los últimos años muchas parejas apuestan por celebraciones para sus bodas más pequeñas con la familia y amigos más cercanos, en lugar de la clásica gran boda con 200 invitados. Ya sea porque cuentan con un presupuesto limitado, no tienen mucho tiempo o desean una ceremonia más informal pero, en cualquier caso, una boda pequeña puede llegar a ser igual (o más) divertida, especial y sorprendente.
En primer lugar, es fundamental decidir el número de invitados porque este dato lo condiciona todo: desde el lugar de la ceremonia, la celebración, los regalos, el banquete, etc. Por ejemplo, una boda con 60 o 70 invitados ya se considera pequeña porque, como mucho, pueden asistir los familiares de ambos y aquellos amigos más allegados. En estos casos hay lugares espectaculares como una ermita, un palacete urbano o un pequeño hotel o casa rural con encanto que se pueden adaptar perfectamente a un grupo de estas características. A nivel decoración los novios pueden personalizar todo el espacio a su gusto y preparar rincones sorpresa para sus invitados como por ejemplo sustituir el clásico banquete por un formato cóctel con diferentes espacios de comida para que todos sus invitados puedan mezclarse y relacionarse en una boda distendida y original.
Fotografía: Photocinema
Lo mejor de celebrar un enlace rodeados de un reducido número de personas es poder dar el ‘Sí, quiero’, en sitios que de otra manera sería imposible por presupuesto o logística. Por ejemplo, una boda con hasta 20 invitados es perfecta para celebrarla en lugares como una bodega, un restaurante especial para la pareja, un jardín, una playa… ¡e incluso en un destination wedding! Es decir, una boda lejos del lugar de residencia que a los novios les haga especial ilusión. Además, se puede disfrutar de una celebración más íntima como un romántico banquete en una mesa larga imperial donde estén todos juntos y decorada, por ejemplo, con velas, tarros de cristal y vegetación en el techo y flores en el centro. También, este formato permite preparar regalos a los invitados más especiales u obsequios mucho más personalizados.
Fotografía: Photocinema
Fotografía: Patricia Bara
Está claro que una boda no debe ser o parecerse a otras, sino, ser lo más personal posible. Por eso, cada vez hay más casos también de parejas que se casan solas o, como se le llama a este formato, celebran una boda elopement. Es algo más atípico, pero ¿por qué no? Desde celebrar el enlace en una iglesia, un ayuntamiento o una romántica ceremonia en la playa que acabe con una cena para dos al borde de un acantilado… Estas son solo algunas ideas, pero está claro que si la boda se reduce a dos… ¡las opciones son infinitas! ¿Y vosotros, ¿qué pensáis? ¿Escogeríais alguna de estas tres opciones de boda pequeña? ¿Y cómo lo haríais? ¿Preferís una boda a lo grande o más intima? Os leo muy atentamente…
Fotografía: Photocinema
Fotografía: Patricia Bara
Fotografía: Patricia Bara
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