Un vestido de novia único con la espalda bordada
Durante años fueron simplemente a los amigos del mismo grupo, pero el azar es caprichoso, y un día la química encendió la chispa que finalmente les terminó llevando hasta el altar. Sara y Alberto se casaron en el Convento Espacio Grumer de Almazán, en Soria. Allí celebraron una boda civil donde la prima del novio fue la maestra de ceremonias junto con varios amigos y familiares que se prestaron a leer texto escritos por ellos que hicieron reír y emocionar a los novios.
Para la ocasión Sara, una novia con las ideas muy claras, eligió un precioso vestido que creamos y personalizamos a su gusto, en crepé de seda natural con cola desmontable y un precioso bordado en las mangas. También llevaba un fajín y la espalda ligeramente al descubierto que le ¡sentaba espectacular!
Para complementar el look escogió unos bonitos zapatos de Lodi y fue maquillada y peinada por Kodigo 25 de Soria.
Sara llevaba como tocado en su recogido un delicado adorno elaborado por su madre con paniculata preservada. Además, también le hizo un abanico de bolillos y la liga. ¡Toda una artista! El cojín de los anillos también fue un regalo muy personal, ya que lo realizó a bolillos una íntima amiga de la familia.
El Jardín de Clara fue el encargado de realizar el precioso ramo de la novia, así como también toda la decoración de la boda.
Por su parte, Alberto, el novio, llevaba un elegante traje de D’etiqueta. Y Milagros, la madrina, un precioso vestido único inspirado en un modelo de nuestra colección de fiesta con el que estaba guapísima.
Después de la ceremonia, y sin moverse de la finca, continuaron la celebración en el Espacio Grumer, que organizó el cóctel, el banquete y la barra libre. En palabras de la novia ‘el trato fue inmejorable por parte de todo el equipo hacia ellos y los invitados’.
Las invitaciones y los paipáis que pusieron en la ceremonia eran de Invitacionesdiquesi y tenían la divertida temática de Mario Bros.
Curiosamente, diez días antes del evento el novio se hizo un esguince que provocó que no pudieran ensayar el baile y tuvieron que hacer lo que buenamente pudieron. Pero llegó un momento en que a ambos les dolían tanto los pies, a uno por el esguince y a la novia por los tacones, que decidieron ponerse las zapatillas y continuar con la fiesta. La elección de Sara fueron unas preciosas Victoria compradas en Love Story que le dieron un toque al look muy original.
El fotógrafo David Asensio fue el encargado de retratar esta preciosa boda en la que los novios fueron los últimos en marcharse a casa ya que, tras la fiesta, se fueron a un karaoke hasta agotar las últimas horas de la noche. No sin antes pasar por un kebab, provocando una divertida estampa para sus recuerdos.
¡Enhorabuena pareja! 😉
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