Cristina y Sergio se conocieron hace doce años en una noche de sábado. Unos cuantos años después, Sergio dio el paso y a pesar de que no le gustan nada estas cosas, le pidió matrimonio a Cristina en una bonita playa durante un viaje a México.
La pareja se dio el ‘Sí, quiero’ el 31 de agosto de 2019, aunque tres semanas antes ya se habían casado por el juzgado, en una ceremonia muy intima con su padres, testigos y mejores amigos.
Cristina escogió un vestido de novia de crepé de seda natural con mucha caída y cuerpo escotado, que combinó con un sobre cuerpo con volante en la manga, de encaje bordado con detalle de aplicaciones bordadas y lazada en la espalda.
¡Estaba preciosa!
Para el baile se quito el sobre cuerpo y se puso una cinta de terciopelo azul pálido a juego son sus sandalias de Mint & Rose.
Cristina completó su look nupcial con unos pendientes que le regaló su abuela y que después cambió para el baile por unos de Lavani Jewels, y una diadema de plumas pequeñitas de Los tocados de Pau.
Para el peinado confió en la Peluquería Silvia Sevillano (@peluqueria.silvia.sevillano), y para los tratamientos de belleza, manicura y maquillaje en Mónica Ric (@ricmonica), que se desplazaron hasta la casa de sus padres para maquillar a su madre, su hermana y a ella.
El jardín de la casa de los padres de Cristina fue el escenario escogido para la ceremonia.
Un lugar precioso decorado con la ayuda de la empresa de restauración Grupo Mas Farré y la floristería Flores Castillón.
A un lado del jardín colocaron una mesa con unas brochetas de fruta, tinajas con agua, limonada casera y un grifo de cerveza para que al acabar la ceremonia los invitados pudieran refrescarse porque ese día hizo mucho calor.
Cuando los asistentes ya estaban sentados y Sergio esperando… ¡Cristina se dio cuenta de que no tenía el ramo!
Su padre se puso muy nervioso y ella desde la ventana, veía como Sergio miraba al cuarteto de cuerda y esperaba que empezaran a tocar su canción.
En ese momento ya llevaban 20 minutos de retraso… Pero finalmente uno de los camareros fue a buscar el ramo a la floristería mientras Sergio se reía del ‘desastre’ y el cuarteto improvisaba para amenizar la espera.
Después se trasladaron a Bodegas Lalanne de Barbastro para el banquete.
Cristina y Sergio sorprendieron a todos entrando con la Marcha Imperial (la BSO de Star Wars) ¡caretas incluidas! Sergio es un friki de Star Wars, pero le daba vergüenza salir así, así que Cristina le tuvo que convencer y hasta el último momento no supo si cedería.
Fue muy gracioso porque nadie se esperaba que hicieran nada del estilo.
El aperitivo se sirvió en el patio, la comida en la sala interior, y para el baile volvieron al patio, que estaba espectacular con las lucecitas, las barras de bebida y la recena en los porches.
Cristina cuenta que la tarta, que la hizo Natalia de Lazo de Chocolate, era sencilla pero muy bonita y sobre todo estaba buenísima.
También pusieron un fotomatón durante la disco móvil, que fue todo un acierto porque la gente se lo pasó genial y ellos más al día siguiente cuando vieron el álbum con las fotos.
Como detalle para los invitados pusieron un tarro de miel artesana de Monzón en la mesa del banquete.
Con ayuda de su madre les pusieron un trocito de tela de saco con una cuerda de yute, un palito para coger la miel de madera y una etiqueta con el sello con sus nombres y el tipo de miel.
Como detalle personal, antes de la ceremonia, Cristina le regaló a su hermana un colgante con la inicial de su nombre de Pdpaola.
A sus amigas más cercanas una pulserita de alta bisutería hecha a mano por Laura, que tiene una tiendecita en Binéfar, La Planta Cactácea.
Y a los chicos una cartera de madera de Vica Designs, una marca de Cuenca.
Pareja, ¡que seáis muy felices! Cristina, gracias por confiar en mí para tu gran día. ¡Qué guapa y feliz estabas!
Y para muestra las preciosas imágenes que realizó Eva, de The Alpha Photography.
¡Vivan los novios!