Elisa se marchó a Francia para hacer el Erasmus y allí, en su misma clase, encontró a la persona que años más tarde se convertiría en su marido. A día de hoy viven en París, ciudad natal de Didier, pero escogieron la ciudad de origen de Elisa para darse el ‘Sí, quiero’.
La primera vez que Elisa vino a mi Atelier tenía clarísimo el tipo de vestido que quería: un diseño vaporoso de tul con detalles en relieve, cuerpo muy trabajado y un poco de volumen en los hombros. Así que probamos el modelo ‘Marlene’ y aquello fue un flechazo. Le encantó el detalle de las flores en relieve y el sutil brillo que tenían, así como sus escotes pronunciados.
Pero personalizamos su vestido bordándole más flores en el cuerpo para marcar más la diferencia entre la parte de arriba y la falda y se apreciara mejor el degradado. Ella trabaja en el sector de la moda y se imaginaba perfectamente cómo quería su boda y su vestido. Al venir desde tan lejos tuvimos que organizar muy bien las citas para cada prueba, pero llegamos a todo sin el menor problema y sin prisa.
Elisa estaba radiante con su vestido personalizado, una diadema de flores de porcelana, un precioso y elegante ramo de flores elaborado por Nacho Bergara y altísimos zapatos de Rosa Clará.
Para su beauty look escogió a la estilista Rebeca San Juan, que se encargó del maquillaje y peinado tanto de Elisa como de sus amigas. ¡Estaban todas muy guapas!
La finca Soto de Bruil fue testigo de un enlace oficiado por lo civil… ¡de lo más internacional! A la boda acudieron la familia de Didier y sus amigos de Francia, los compañeros de trabajo de Elisa y también sus amigos de Londres, lugar donde vivieron cinco años y medio.
Sin duda fue una boda muy alegre y llena de complicidad, tal y como se puede ver en las bonitas imágenes de Patricia Bara. ¡Enhorabuena, pareja! Y Elisa, mil gracias por confiar en mí para un día tan importante. ¡Que seáis muy felices!