Una boda muy especial
Si hay un acontecimiento que ha marcado mi 2016, ése ha sido la boda de mi hermana Julia. Y es que, además de la enorme ilusión que supone crear un vestido tan especial, no todos los días se casa alguien tan importante para mí.
Mi hermana nunca se había imaginado cómo sería su vestido, lo único que tenía claro es que se lo haría yo y que el diseño sería cien por cien ella misma. Sin disfraces. La verdad es que Julia desprende auténtica alegría allá donde va y siempre ha sido una persona muy divertida, así que en cuanto descubrí un tul bordado con flores aplicadas en relieve supe que le encantaría. Elaboramos su vestido en crepé de seda natural, de cuerpo ligeramente ablusonado y con botones forrados en contraste a la espalda. Llevaba manga corta con un volante muy sutil y la falda en el tul bordado de flores que aportaba mucho movimiento. Era lo que Julia buscaba: un traje divertido, vaporoso y que le permitiera bailar y disfrutar de su gran día hasta el último momento.
Julia y Víctor se dieron el ‘Sí, quiero’ el pasado 3 de septiembre en Casa Arana, una pequeña casa rural en Albella, un pueblo del Pirineo. Como la boda se celebró al aire libre, y mi hermana no suele llevar tacones, se decantó por unas cuñas de esparto. Así que en Casa Alfaro, una alpargatería de Zaragoza de toda la vida, le hicieron unas preciosas zapatillas con el mismo tejido del vestido y las flores en relieve. A modo de complementos escogió unos espectaculares pendientes en oro negro y brillantes de Barney Barnato de los que se enamoró a primera vista.
El día de la boda, el equipo de Eva Pellejero se acercó a la casa rural para maquillar y peinar ¡a casi todas las mujeres de la familia! Hicieron un trabajo estupendo. Julia llevó el pelo suelto y una corona de flores naturales preservadas multicolor que habíamos hecho entre las dos unas semanas antes. Su ramo de novia fue elaborado por Israel, de la empresa La Lola se va de Boda, con flores silvestres e incluyendo también las de la corona. Era una ramo muy bonito que llevaba hasta moras. En la empuñadura le puso un colgante antiguo, que perteneció a nuestra abuela alemana. Por cierto, además de su vestido, también hice el de mi madre, mis dos tías, mi prima, la madrina, el de nuestra abuela y el mío. Y debo confesaros que entre tanto ajetreo éste último ¡casi no lo termino!
Por su parte, Víctor fue un novio poco tradicional. Llevó un traje de Hugo Boss complementado con una corbata de bolo, un sombrero y unos gemelos de Superman que le había regalado mi hermana. ¡Ah! Y por si no se ve en las imágenes, ¡llevaba trenza! 😉
La boda tuvo muchos guiños a Alemania. La ceremonia se tradujo al alemán para que los invitados que venían de allí pudieran seguir la boda; y para las alianzas crearon un porta anillos diferente, en el que incluyeron una taza de nuestra abuela, típica del juego de té de Ostfriesland, donde crecía un pequeño árbol en el que colgaron los anillos.
La noche anterior a la boda subimos al Pirineo la mayor parte de la familia y algunos amigos para no tener que madrugar mucho al día siguiente. Y fue una gran idea porque de esta forma todo comenzó antes. Cenamos juntos, ayudamos a mi hermana a preparar los carteles de los detalles, los frascos decorados, los banderines… y pasamos un gran momento en familia. Además, al día siguiente el equipo de Eva Pellejero vino muy pronto y os diré que me pareció muy divertido bajar a desayunar con los rulos puestos.
La Lola se va de Boda se encargó de toda la decoración del enlace en el que pusieron muchísimas flores. Decoraron la carpa con un montón de banderines que habíamos estado preparando anteriormente y las mesas estaban repletas de frascos de cristal con flores de colores en el centro. ¡Había tantas flores que los camareros no sabían dónde poner la comida!
La tarta nupcial fue una Carrot Cake auténtica, con la que todos nos pusimos las botas. A modo de detalle, cada invitado tenía en su sitio una pequeña planta con su nombre y, además, mi hermana preparó una taza personalizada y pintada a mano para cada uno. Los novios regalaron fotografías dedicadas a nuestros padres y a nuestros tíos, otra foto dedicada a mi prima, a las hermanas de Víctor y a sus padres, y a mí otro marco dedicado con una de las imágenes que habíamos hecho durante las pruebas de su vestido. Uno de los momentos más emocionantes fue cuando Julia me entregó su ramo de novia. Después del banquete, los novios lanzaron un ramo cada uno y, curiosamente, el que lanzó mi hermana ¡me volvió a caer a mí!
Hizo un día espectacular y una noche espléndida, así que el baile se celebró en el exterior, que había sido decorado con un sinfín de bombillas y banderines. Tras el baile, hicimos una pequeña recena a base de picoteo acompañado de la candy bar, que estaba buenísima.
La empresa Photo & Cinema supo captar a la perfección la alegría y los momentos más especiales, logrando unas fotografías muy espontáneas y naturales Para mí, fue una boda preciosa y seguro que para ellos se convirtió en uno de los días más bonitos y mágicos de su vida. A continuación os dejo el resto de fotografías, espero que os gusten tanto como a mí. ¡Enhorabuena Víctor y Julia!
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Un día espectacular y un vestido a la altura de las circustancias si no es mas alto. Inolvidable a todos los niveles.
Que reportaje más bonito Martha, me encanta, muchas gracias.
Que boda de Víctor y Julia más acertada en el lugar y en todo lo ceremonioso. Entre todos, que tuvimos el privilegio de participar en ella y de tanta alegría.
Con tantos detalles preciosos, el vestido de novia, tan acertado al estilo de Julia, que te tocó hacer a prisa y corriendo en el último momento. Tantos nervios hasta el último momento. Hoy ya forma parte de nuestra historia familiar pero persiste en nuestra memoria. Tus padres.