El vestido de novia de Laura
Mikel y Laura son una pareja de Pamplona y Zaragoza respectivamente, sin embargo, el destino quiso llevarles por trabajo hasta el pueblo de sus padres: Cintruénigo, en Navarra. Allí se conocieron, allí se casaron y allí continúan viviendo su bonita historia de amor.
Comenzaron el día de su boda rodeados de familiares y amigos aunque, como manda la tradición, cada uno por separado en casa de sus padres, donde los invitados se tomaron algo mientras los novios se arreglaban. El vestido de novia de Laura fue un diseño exclusivo a su gusto, confeccionado a medida y elaborado en mikado de seda, de cuerpo ajustado y con detalles de puntillas de tul bordado con pedrería en los hombros que cubría la espalda creando un efecto muy bonito, tal y como ella se imaginaba. En la cintura llevaba un fajín en el mismo tejido con aplique de pedrería en el centro, y la falda tenía un gran volumen y además llevaba cola. A modo de complementos, casi todo lo que llevaba Laura era regalado o prestado: una tiara de su hermana, pendientes solitarios que le regaló su tía, dos ligas y el anillo de pedida. Los zapatos eran de Unissa, y el peinado y maquillaje se lo hicieron en dos salones de Cintruénigo.
Celebraron una emotiva misa en la parroquia San Juan Bautista en la que cantó un coro de Cintrúenigo acompañado de piano y violín, y la mejor amiga de la novia les homenajeó con una carta compuesta por frases de las canciones de U2, uno de los grupos favoritos de Laura, en la que se leían frases como:
En primer lugar me gustaría daros las gracias por habernos reunido aquí en nombre del
amor (in the name of love)
Ni contigo ni sin ti (with or without you)
Donde las calles no tienen nombre (where the streets have no name)
¡Toda una artista! Al finalizar la misa, los novios también quisieron mostrar su agradecimiento a los invitados y en especial a sus padres. Les resultaba más emotivo hacerlo así, a través de una carta, que dar regalos en el banquete. Después, Mikel y Laura se marcharon en el coche del novio, un Jaguar clásico de la familia.
La celebración se llevó a cabo en el restaurante Maher. En la entrada dieron unos abanicos para el calor, pusieron unas barquillas con piedras para que los invitados dejaran mensajes, y durante el cóctel de bienvenida, animado por un DJ, los novios aprovecharon para hacerse las fotos en una antigua estación de tren. Entraron al banquete a ritmo del tema de Coldplay ‘Charlie Brown’, grupo que le encanta a ambos. A modo de detalle repartieron ‘novios’ hechos a mano por ellos mismos a cuatro parejas de amigos, y dividieron el ramo de novia, elaborado por la floristería Sofora (al igual que las flores de la iglesia), para dárselo a la hermana de Mikel y a la sobrina de Laura, que tiene 10 añitos y tengo que decir que ¡vino a todas las pruebas que hicimos de vestido!
Después del tradicional vals, la fiesta pasó a la discoteca, donde pusieron una polaroid y un álbum para pegar las fotografías en un photocall que también hicieron ellos mismos. Por cierto, el padre del novio protagonizó la anécdota de la boda. Pensó que no tenía el traje consigo y se marchó a Pamplona a buscarlo; pero en cuanto llegó se dio cuenta de que lo tenía en Cintrúenigo y, ¡llegó 15 minutos antes a la iglesia!
Os dejamos unas imágenes de su preciosa boda inmortalizada por la empresa de fotógrafos Shoot Love Photography. ¡Espero que os gusten!
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