Historia de un vestido
Si os preguntara qué diseño de mi colección 2019 creéis que se identifica más con el estilo princesa, seguro que la respuesta de la gran mayoría sería el modelo Bianca.
En mis colecciones suele haber vestidos de aires bohemios y toques vintage, pero el hecho de haber crecido viendo los cuentos de princesas Disney y las historias mágicas influye a la hora de crear cada año al menos un modelo en esta línea, perfecto para novias que buscan una opción diferente dentro de este estilo.
Si en la colección pasada me inclinaba por un rosa empolvado con el modelo Roxanne, este año me he vuelto a centrar en el blanco impoluto porque, aunque estuve barajando la posibilidad de incluir detalles en negro (y que conste que quedaban de maravilla), en esta ocasión quería que el diseño destacara por su juego de volúmenes y el contraste de texturas entre la organza rústica y las aplicaciones bordadas en relieve.
Bianca es un vestido de mikado y organza de seda rústica. Ya sabéis que a mí los tejidos muy brillantes no suelen gustarme, por eso elegí esta organza de trama muy abierta y satinado sutil que tiene un cuerpo y movimiento perfectos. Realmente es un vestido muy ligero y la falda, aunque tiene volumen, no pesa, se mueve y sigue el movimiento de la novia. Además, tiene el vuelo suficiente para mantenerse sin un cancán con aros.
La parte superior del vestido es escotada y se ajusta perfectamente a la silueta, que va cubierta por un elegante sobre cuerpo de organza de seda rústica decorado con flores bordadas en relieve alrededor de la cintura. Esta pieza se abre en forma de lágrima por delante y por detrás y se ciñe a la cintura, de donde sale un volante (o péplum) que crea su característica silueta y realza la figura. La novia puede quitar el sobre cuerpo transparente y quedarse únicamente con el vestido que, por cierto, sienta como un guante. ¡Dos looks en uno¡ 😉
En las imágenes del catálogo completamos este look con una preciosa coleta bubble con trenza superior, decorada con lazos de terciopelo burdeos y un tocado de pistilos doble simétrico. Como no queríamos añadir mucho más, le dimos el toque final con unos pendientes pequeños en forma de flor, que hacían juego con los bordados del vestido.
Un vestido clásico, de grandes volúmenes, perfecto para una boda por la iglesia o para una boda civil en una preciosa finca. ¿Dónde os lo imagináis vosotros?
SUSCRÍBETE A NUESTRO BLOG Y PODRÁS ENTERARTE DE TODAS LAS NOVEDADES: NOTICIAS, TENDENCIAS, NOVIAS REALES… CADA SEMANA UN NUEVO POST. ¡ESPERAMOS QUE OS GUSTE!