¡Qué ganas tenía de compartir contigo los detalles de este espectacular look!
Siguiendo la línea del post anterior en el que te hablaba de las bodas invernales (puedes recordarlo aquí) hoy quiero mostrarte este original y elegante vestido de novia perfecto para una boda en otoño o invierno.
En esta ocasión se trata de una combinación compuesta por un jersey de lana finita y crep de seda natural y una falda de organza rústica de seda natural y crep.
Como recordarás, y si no te lo vuelvo a contar, en la colección de inspiración de este año (Desde mi Buhardilla) quería jugar mucho con los contrastes de texturas y el jersey de este look es un claro ejemplo.
Me enamoré del tejido de lana fina en cuanto lo vi. Era cálido, agradable y con ese aspecto natural y ligeramente rústico que buscaba.
Creará lo que creará con ella, tenía claro que quería que mantuviese ese aspecto ligero que aporta la tela, así que me centré en crear un cuerpo ablusonado con un fuelle profundo en la espalda para ganar amplitud y evitar los botones o cremallera.
¿La razón?
Quería que fuera lo más limpio posible para darle el protagonismo a los hombros y las mangas.
Para los hombros y espalda diseñé una pieza especial, tipo canesú, elaborada con puntillas, que cerraba en el centro con unos delicados botones forrados a juego, y rematamos las uniones con bordados florales.
Para las mangas, quería arriesgar y hacer algo especial, un patrón que nunca hubiera utilizado, así que creé unas mangas rectas del mismo tejido y puntillas que abren a la altura del codo creando un efecto ablusonado en el puño y las terminamos de la misma manera, con puntillas en los puños y elementos florales bordados a mano.
Como el cuerpo tenía muchísimo detalle, lo combiné con una ligera y vaporosa falda de organza de seda rústica, que le daba el vuelo perfecto al look y se ceñía a la cintura con la misma puntilla.
Ya que la espalda del vestido era cerrada y con mucho detalle, elegimos para el look un recogido bajo decorado con unas finitas trenzas y un sencillo lazo anudado de gasa de seda natural, queríamos darle un toque especial sin recargar.
El tono del vestido de novia es cálido, casi como un crema, así que siguiendo la línea de tonos combinamos el vestido con unos pendientes de cuarzo fumé y plata rosa, que colgaban ligeramente y un anillo solitario talla esmeralda.
Como la falda era lisa sin adornos, decidimos darle un punto de color con unos zapatos destalonados bicolor burdeos y rosa palo y completamos el look con un increíble ramo en tonos verdes, burdeos y malvas.
¿Qué te parece este look?
¿Te casarías con un vestido así?
-CREDITOS-
Joyería: Barney Barnato
Peluquería-Maquillaje: Eva Pellejero
Ramos: La Lola se va de Boda
Zapatos: Franjul
Modelo: Isabel Obiols
Localización: Torre del Pino
Vestidos, Tocados y Fotografía: Martha Peters