Historia de un vestido
¡Hola a todos!
¿Qué tal la semana? Hoy le toca el turno al vestido Annabella, un diseño que poco o nada tiene que ver con respecto a la idea inicial… ¡os cuento por qué! ?
Cuando planteé los primeros bocetos, partí con la premisa de crear un vestido muy sencillo, de cuerpo ajustado y con un gran volante abajo. Me encantaba la idea de confeccionarlo en organza de seda rústica y que la parte de arriba del vestido rompiera con el volumen del volante de la falda…. Hasta que un nuevo comercial apareció por mi Atelier y me enseñó sus preciosos tejidos. Me encantaron TODOS. Y a pesar de que siempre le digo a Marcos, que esté presente en el momento de seleccionar los tejidos para ponerme los pies en la tierra, (sí, lo sé, soy peor ahora que cuando era pequeña y me llegaba el catalogo de juguetes para Navidad) en esta ocasión él tampoco pudo resistirse. Y ahí estaba yo con un montón de tejidos espectaculares bordados y una colección dibujada donde el liso se llevaba el protagonismo. ¿Qué hice? Cambiar varios diseños… y Annabella fue uno de ellos.
Decidí adaptar el diseño original subiendo el volante para aprovechar todo el ancho del bordado en el centro del cuerpo y quitar un poco de vuelo en la cadera porque así quedaba mejor gracias al peso del tejido. Y el resultado no pudo ser más espectacular, romántico y con más detalle que el original.
Para las imágenes del catálogo completamos el look con una trenza deshecha que encajaba de maravilla con el escote en uve de la espalda. Y, como el vestido ya tenía demasiado detalle y textura, elegimos una corona de flor pequeña, pistilos y cristales junto a unos pendientes cortitos con brillantes y piedras en color.
¿Qué os parece? ¿Os gusta así o habríais preferido la primera versión?
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