El vestido de novia Roxanne
¡Hola a todos!
Muchos de vosotros ya conocéis la nueva colección y habéis visto el video documental sobre ella, pero todavía quedan muchas cosas por descubrir ya que, al tratarse de un trabajo puramente artesanal, el proceso es largo y en él surgen continuamente pequeñas historias. Como por ejemplo, las de cada diseño. Cada modelo tiene un origen y un por qué, y eso es lo que voy a mostraros en esta sección del blog denominada ‘Historia de un vestido’.
Roxanne, un vestido con mucha personalidad.
Romántico, vaporoso y con un atrevido toque de color, el vestido ‘Roxanne’ es un dos piezas de ensueño. No recuerdo el momento en que terminé de confeccionarlo, pero sí sé que el corsé llevaba meses ‘empezado’. ¡Me encantaba su bordado! Con esas finas ramas en tono plata envejecida que se trenzaban con delicadas flores bordadas en un color rosa palo o melocotón y tenía un toque muy sutil de pedrería.
Sabía que quería hacer un corsé con esta tela, pero todavía no tenía la idea exacta así que, con tal de avanzar la colección, hice un patrón más largo en la cadera y el escote recto cerrado porque, como le digo siempre a mis novias, para cortar o escotar siempre hay tiempo. Se quedó a medias en el armario de los prototipos durante meses.
El resto de la colección iba viento en popa, y yo no sabía muy bien qué hacer con este diseño… hasta que recibí como por arte de magia en el Atelier el catálogo de tejidos de un nuevo proveedor. ¡Ahí estaba! Una delicada organza de seda con efecto rústico que me encantó. El mismo color, ni demasiado rosa ni demasiado melocotón, el tono perfecto para combinar con el corsé.
Personalmente no me gustan demasiado las telas muy brillantes o rígidas, pero ésta tenía el brillo exacto con la caída y el movimiento que me gusta. No lo dudé, pedí una pieza y en cuanto la recibí la probé con el corsé. El resultado fue una falda espectacular con muchísimo vuelo, que gracias al tono rosa empolvado y la base en crep de seda blanca interior logra un efecto degradado que me encanta.
Dejé el corsé por encima de la falda para aprovechar su forma ondulada y poder coserle a mano en la terminación flores del mismo bordado de forma asimétrica. El escote recto inicial derivó en otro más abierto y redondeado porque no quería un aire tan clásico. Y en la lazada de la espalda, puse unas cintas de estilo rústico en tono champán que le daban el toque de contraste que tanto me gusta en los vestidos. En el último momento se me ocurrió crear una torera a juego que, además de quedar genial, es una buena opción para aquellas novias que se casan por la Iglesia y desean llevar los hombros un poco tapados.
En las fotos de la colección lo combinamos con un recogido realizado a base de trenzas y una corona de flor natural y porcelana más ancha, que complementamos con unos pendientes de estilo vintage con un poco de brillo.
Como el vestido tenía bastante color, optamos por un ramo silvestre, desenfadado y con distintos tipos de flores en los mismos tonos de vestido. Un diseño romántico, para novias soñadoras y perfecto para una boda en medio del campo en primavera.
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